Ni siquiera un animago puede elegir en qué animal se transformará. Es una posibilidad una vez adquiridos estos poderes no estén destinados a transformar a su portador, sino a liberar el aspecto más primitivo de su personalidad.
Muchos meses de preparación meticulosa te han llevado a este momento. Una tormenta eléctrica se desata y ruge a tu alrededor mientras te dispones a descorchar la éxotica posición animagos inhalando los vapores que emana. La varita que llevas en la cintura lanza chispas potenciada con el exceso de energía. El momento se acerca.
Te han advertido acerca de las consecuencias de fallar -que tu forma humana se deforme con mutaciones animales o que tu alma quede atrapada en tu nuevo cuerpo. Muchos de tus colegas se han burlado de tus audaces intenciones y prefieren emplear su tiempo en dominar formas más sencillas de magia. Aunque quizá simplemente no poseen la dedicación y el coraje para ser Animagos.
Si por algún golpe de suerte el ritual funciona, te elevarás a un nivel sin precedentes de transformación, alcanzado solo por algunas pocos magos en el mundo. Podrás cambiar de formas a tu antojo, sin necesidad de usar varitas o encantos. Las posibilidades son infinitas.
Ondas de electricidad recorren el suelo y puedes ver como tu pócima mágica destella con colores brillantes. Debes decir el encantamiento ahora -Amato Animo Animato Animagus- y lo descubrirás. ¿En qué forma te transformarás? Descubrelo aquí ¡Ahora mismo!
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Es un camino arduo y laborioso el de convertirse en un animago, un mago o bruja con capacidades de transformación. Un animago es capaz de asumir su cambio de forma con la velocidad de un pensamiento, sin necesidad de emplear pociones o encantamientos.
Este proceso involucra la preparación de una posición altamente compleja, que solo puede ser consumida al aire libre durante el desarrollo de una peligrosa tormenta eléctrica. También incluye repetir el ritual de encantamiento “Amato Animo Animato Animagus”, durante meses mientras se espera la llegada de la tormenta perfecta.
Equivocarse, aunque sea en una pequeña parte de este ritual, puede implicar un desastre para quien lo lleve a cabo, por esta razón, muchos magos y brujas desisten en su propósito de convertirse en animagos para perseguir intereses un tanto más predecibles y seguros. Solo imagina el horror de creer que el hechizo haya tenido éxito para descubrir más tarde que no puedes regresar a tu forma humana.
Sin embargo, aquellos que son lo suficientemente pacientes y dedicados, se elevaran al nivel solo alcanzado porun puñado de legendaríos magos y brujas, como la profesora McGonagall.
En su cuerpo bestial, los animagos pueden llegar a ser espias infiltrados extremadamente efectivos, burlando inclusive a enemigos como los Mortífagos con tácticas de engaño y evasión. Por otro lado, los animagos con la capacidad de volar, son excelentes exploradores, rugiendo desde las alturas con la misión de llevar mensajes importantes o realizar tareas de reconocimiento.
Es un camino arduo y laborioso el de convertirse en un animago, un mago o bruja con capacidades de transformación. Un animago es capaz de asumir su cambio de forma con la velocidad de un pensamiento, sin necesidad de emplear pociones o encantamientos.
Este proceso involucra la preparación de una posición altamente compleja, que solo puede ser consumida al aire libre durante el desarrollo de una peligrosa tormenta eléctrica. También incluye repetir el ritual de encantamiento “Amato Animo Animato Animagus”, durante meses mientras se espera la llegada de la tormenta perfecta.
Equivocarse, aunque sea en una pequeña parte de este ritual, puede implicar un desastre para quien lo lleve a cabo, por esta razón, muchos magos y brujas desisten en su propósito de convertirse en animagos para perseguir intereses un tanto más predecibles y seguros. Solo imagina el horror de creer que el hechizo haya tenido éxito para descubrir más tarde que no puedes regresar a tu forma humana.
Sin embargo, aquellos que son lo suficientemente pacientes y dedicados, se elevaran al nivel solo alcanzado porun puñado de legendaríos magos y brujas, como la profesora McGonagall.
En su cuerpo bestial, los animagos pueden llegar a ser espias infiltrados extremadamente efectivos, burlando inclusive a enemigos como los Mortífagos con tácticas de engaño y evasión. Por otro lado, los animagos con la capacidad de volar, son excelentes exploradores, rugiendo desde las alturas con la misión de llevar mensajes importantes o realizar tareas de reconocimiento.